Publicado: 26 de Octubre de 2016
Entrar con seguridad en el paddock, ponerle la cabezada, cepillarle, peinar las crines y limpiar los cascos, son rutinas diarias que los niños tienen que aprender. De esta manera el caballo estará sano y feliz.
A los niños les encanta realizar estas tareas, jugando aprenden. Y les hace ser autónomos, fortalecen su personalidad y aumentan su autoestima.
El contacto con este maravilloso animal les hace crecer con una sonrisa.